El 13 de septiembre de 2017, la ciudad francesa de París fue elegida para albergar a los Juegos Olímpicos de 2024 y aquí se puede romper una maldición que comenzó en 1900, pasó por 1924 y quiere poner su punto final 100 años después.
La historia de amor-odio entre el Comité Olímpico Internacional y París comenzó en 1900, cuando Pierre de Coubertin eligió que sea esta la ciudad anfitriona de las próximas olimpiadas. Aunque las relaciones estaban un poco tensas: los funcionarios franceses no les dieron demasiada importancia a la cita en venganza a la no elección de 1896, los primeros Olímpicos.
A raíz de esto, no se molestaron en promocionar por la ciudad y el mundo al evento multidisciplinario, como sí lo hicieron con la exposición internacional que se desarrolló a la par en la Ciudad de la Luz. De hecho, los miles y miles de turistas que arribaban al escenario de la Torre Eiffel no tenían conocimiento de que eran o donde estaban los Juegos Olímpicos.
Todos iban directo a la feria y lo máximo que veían como deporte, eran las competencias que enfrentaban a bomberos y guardavidas.
Los Juegos Olímpicos fueron un desastre y el primer evento se desarrolló en mayo, mientras que el último fue en octubre. Sí, seis meses duraron, aniquilando la teoría de los puristas de que toda la vida duraron solo 16 días únicamente.
Cuanta falta nos haría hoy en día, que el primer lunes post JJOO, todos nos miramos las caras y no sabemos como seguir. Mucho más ahora, que fueron en Tokio y significaron desvelarse y vivir a contramano de esta parte del mundo.
La Exposición Internacional en los pies de la Torre Eiffel |
Una cita de conciliación
Después de este fatídico antecedente, el Comité Olímpico Internacional le volvió a dar sede a la casa de Coubertin, el padre de los Juegos Olímpicos en la era moderna, y ya con el famoso lema oficial "más rápidos, más altos, más fuertes" y los Winter Games a principio de ese año.
Como contracara, estos se desarrollaron con total normalidad y, seguramente, fueron tan inolvidables como todas las ediciones sucesoras. Fueron los Juegos de Johnny Weissmüller, Pavvo Nurmi y la selección uruguaya de fútbol.
Además, también tuvo mucha innovación como el lema y la cita invernal, como ya mencionamos anteriormente, aunque también se vio por primera vez a un logo que represente a la ciudad y la villa olímpica, donde se alojaron los atletas.
100 años de soledad
Pese a que esta segunda prueba fue positiva y salió todo como lo planeado, París y el COI se alejaron muchísimo por décadas y décadas.
La ciudad intentó volver a apropiarse de los Juegos Olímpicos en 2008 y 2012, pero cayeron ante los pedidos de Beijing, en China, y Londres, en Gran Bretaña. Parecía que la historia iba a ser negativa y no se iban a poder celebrar nunca más con el Arco del Triunfo como espectador de lujo. La historia cambió a partir de 2017, cuando se eligió como sede y la historia de amor-odio, por ahora, tiene un final feliz.
Ahora bien, con las performances que mostraron los equipos en conjunto de Francis en Tokio 2020+1, ¿cómo podemos pensar en siquiera competir con ellos cuando son locales y con el público de su lado, si la pandemia de COVID-19 se digna a terminar?
En fin... la ciudad parisina, esa que tiene a Paris Saint-Germain, la Torre Eiffel, la Plaza de Concordia, los Juegos Olímpicos y que recientemente sumó a Lio Messi.
Por Cristian Brossy | Apoyame en Twitter: @CristianHB77
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