Según el Departamento de Salud Mental y Adicciones del municipio, “bajó el consumo de sustancias, pero subió el de alcohol”.
Foto: Crónica TV - Imagen Ilustrativa |
“Todos los llamados en tiempo de pandemia no tienen que
ver con patologías de salud mental; muchos corresponden a respuestas lógicas y
saludables a la situación”, afirma Gabriela Acuña (M.P. 00185), psicóloga del
Departamento de Salud Mental y Adicciones de Bahía Blanca.
Si bien no lo afirma, se deja entrever que los llamados
durante la pandemia se incrementaron notoriamente por diversos temas y es por
eso que la licenciada pone énfasis en que mucho tiene que ver con las
comunicaciones tanto familiares como sociales, las cuales decayeron a raíz del
confinamiento.
“Generalmente con la pandemia, perdimos o se limitó lo
que nos humaniza, que justamente es el lazo social”, asegura.
Pese a esto, entramos en una contradicción porque, aunque
la rotura de estos vínculos cercanos haya causado angustia y tristeza, también
generaron mayor cantidad de consultas y preocupación al departamento de la
Secretaria de Salud del municipio.
“En este tiempo, muchas familias nos han consultado,
porque se enteran que un integrante de su entorno está mostrando señales raras.
Esto se da porque ahora están mucho más unidos, por lo que descubren que algún
problema de adicción había fuera del hogar”.
EL ALCOHOLISMO EN AUMENTO
Algo que preocupó en todo el país y que se hizo eco en
los distintos medios de comunicación es en el consumo de alcohol que hubo en
estos meses.
Si bien todos nos centrábamos en quienes ya tenían
problemas con la bebida anteriormente, Acuña deja en claro que no es todo tan
sencillo como parece.
“Al principio de la pandemia se redujeron las consultas
por sustancias y tiene que ver con la circulación: las drogas se racionalizaron
como nosotros lo hicimos con cualquier alimento y se recurrió a lo que tenemos
más a mano, que es el alcohol”, afirmó.
Como muchas veces hemos oído, el alcohol, al igual que el
tabaco, es una droga permitida y es por eso que la podemos encontrar con una
facilidad absoluta en cualquier punto del globo terráqueo.
A su vez, menciona que el alcoholismo es algo casi
imposible de erradicar de la sociedad, porque está sumamente impuesto en la
sociedad y al alcance de cualquier persona mayor de edad.
INTENCIONES DE SUICIDIO
Rumbeando la charla hacía un extremo muy preocupante, la
profesional comienza a manifestar su punto de vista al respecto de las personas
que deciden terminar con su vida.
La psicóloga se muestra sorprendida para mal, cuando
comenta que desde el Departamento de Salud Mental del municipio de Bahía Blanca,
“creían que la autoflagelación y suicidios iban a disminuir con el
fortalecimiento de lazos familiares”, aunque esto no fue así.
Pese a esta hipótesis que generaba una cierta
tranquilidad, los intentos de suicidios persistieron en época de pandemia y no
necesariamente tienen que ver con esta situación: “el hombre está atravesado
por múltiples variables que ponen en juego estas decisiones extremas como lo
anímico, lo cultural y lo social”.
Es interesante cuando la especialista cuenta que siempre que
estas muertes se hacen realidad, hubo algún intento previo que falló y hace un
especial hincapié en que es un mito que el suicida lo hizo de un momento hacia
otro.
No se queda ahí, ya que destaca que también es falso el
rumor que corre desde siempre, el cual manifiesta que una persona que advierte
sobre su muerte es porque no se animará nunca a hacerlo.
En función de ello, recomienda que no se naturalice la
forma de ser de determinada persona que se la nota con un malestar interior,
porque ese individuo ya normalizó sentirse así y nada puede hacer para no
pasarla mal.
“En Bahía Blanca ha habido suicidios de personas desde
los 15 años”, complementa la doctora, sumando que la franja etaria se extiende
hasta los 30.
¿HAY ALGÚN PUNTO POSITIVO?
Increíblemente en todas las situaciones podemos sacar
algo bueno. Inclusive en una crisis pésima que afectó a trillones de personas
en todo el mundo como la pandemia del coronavirus.
Si bien es muy difícil, Gabriela confirma que durante el
2020 y ésta mitad del 2021 que estamos transitando, muchas personas se animaron
a decir lo que les sucedía y se dejó de lado a ese prejuicio y tabú que se les
tenía a estos temas relacionados con el cerebro humano.
“Por suerte los mitos se van derribando y por eso mismo
la gente hoy en día habla de cómo la pandemia ‘le pegó’ emocionalmente a cada
uno de ellos”, sentenció.
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